bañarse con agua fría porque no hay agua caliente y dormirse toda la tarde porque no hay internet
Día 1
en la noche me baño con agua fría, porque desde temprano dejó de salir agua caliente, corro a tu casa y bebemos un montón de cerveza, vemos películas sobre drogas y amores lésbicos que terminan bien, más o menos bien
cenamos chilaquiles porque dice mi hermano que nadie puede definirlos
así que cenamos chilaquiles y pastel
duermo en el suelo, entre los gatos, me aguanto el humo del cigarro y los pelos volátiles porque te amo
Día 2
vuelvo a mi casa y en el camino me revolotea en la cabeza la lista interminable de cosas por hacer, la imagen de mi habitación enmarañada me provoca rechazo
subo la escalera, saludo al perro y comienzo a estornudar, una vez, dos veces, tres veces, y para la décima ya me sangra la nariz por la irritación
el silencio inunda la calle, el edificio y el piso, la comisión federal de electricidad tiene acordonada toda la manzana, la señora de la tiendita dice que no volverá la luz hasta las 7
pero son las 9 y aún no vuelve, aún no deja de gotear mi nariz, y fantaseo con las respuestas inexistentes de las mismas preguntas de siempre, me hiero un poco el corazón, duermo y duermo
al despertar la estela de polvo y lagañas ilumina apenas una esquina del techo
nadie habla ni se escuchan chismes, solo los camiones lejanos y los trabajadores que de vez en cuando se comunican entre ellos
pero no entiendo sus murmuros
en la farmacia me entretengo mirando los refrigeradores y las vendas del segundo pasillo, la medicación para la alergia es costosa pero no aguanto la fuente de mocos en la que se convirtió mi nariz, la señorita impaciente me pone nerviosa porque no logro recordar el nombre de las dichosas pastillas
termino comprando una cajita de leche de chocolate y galletas
alguien cena a la luz de los cirios
alguien reza un rosario
a lo lejos creo escuchar una canción de juan gabriel
Día 3
una ola de luces encendidas arrasa cada habitación, lo que en su momento fue silencio empapado de oscuridad ahora es silencio inundando en un brillo espantoso, nadie se molestó en revisar que los interruptores estuviesen hacia abajo
ni siquiera yo
por un momento olvido que
y me pongo el suéter que llevé a su casa para intentar dormir
y entonces vuelve salvajemente la nariz goteante y la picazón en el fondo de la garganta
me hago la tonta y aviento el suéter algunos metros abajo por la ventana
“make america great again”